Digamos que por alguna razón extraña podemos oír los pensamientos de las cucarachas y otros insectos.
Hay cosas positivas y negativas. La mejor sin dudas es saber qué planean, la peor sin dudas es oírlas aparearse.
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Deben merodear por aquí |
En uno de esos días, oyendo un saltamontes gritar por el ruido de los autos, nos encontramos caminado entre cuarenta y ocho mosquitos completamente confundidos porque uno de ellos contrajo sangre de un gordo. La sangre de gordos para los mosquitos es como el Sida para los humanos, los debilita por el exceso de grasas y proteínas. Seguimos con la caminata y prestamos atención a la mosca que esta sobre la caca, la está chupando mientras se pregunta si hay o no vida en otros planetas, o mejor dicho: en otras excreciones.
Es muy interesante que para todo este periplo, los únicos seres que nos acompañaron en silencio son las cucarachas. Allí están, oyéndonos, mirándonos, con la mirada fría y las antenas en movimiento, tranquilas, parsimoniosas, deseando ser hormigas, deseando ser langostas, deseando ser.
FRICCO
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