lunes, 20 de enero de 2014

Ulíses del tiempo

El extraño caso del señor que esperaba.

Ulises, según historiadores
Ulises es (o era) un señor que esperaba. Esperaba por todo, por la comida, por el Internet, por mirar el colectivo, por su señora, por sus hijos, etcétera; pero algo no esperaba: la muerte.
Era el año 1678, en esa época no había aviones, barcos, autos, Internet ni ciudades con autopistas, costaneras o grandes avances en los celulares, pero sí había algo, había un Ulises. A decir verdad "el" Ulises, por una cuestión espacio temporal, Ulises existía primero en 1678, luego en 2016 clamado por multitudes y por último en el tedioso año 3 a. C. Tedioso porque ese año él se convertiría en el tercer hombre deborado por un león.

En fín, lo que nos importa es el Ulises de aquí y ahora, el que espera.
Hoy está esperando una sensación nueva, espera la sensación de morir o de sentirse vivo, en ambos casos será definitoria.

Ulises, sentado, desnudo en el patio, reflexiona:
"Nunca más, solo esta vez. Mi gente está enterrada y por fin a salvo de todo. 
Mi señora vendrá en cuestión de minutos. ¿que hago ahora?....esperaré"

Un apático cuervo irrumpe la clemencia de Ulises con el apuro. Lo mira fijamente, en ese preciso momento oye un crujido, un molestísimo ruido que nunca oyó antes pero le resulta familiar.Como si alguien aplaudiera las manos, o rompiera un madero.
Ulises recuerda que hace muy poco tiempo él solamente recorría los parques de mañana, quizás muy temprano de mañana, ya que solamente ancianos y ocasos él veía.
El ruido cambiaba de lugar. Se repetía y profundizaba. Ulises, por más tranquilo que estuviera, sentía pánico; pero no le remordía nada lo ocurrido, sentía el calor y nada más.

"Un grupo de rescate, seguro es eso, ¿qué hago? ¿me apuro o espero?"

Es lo que llegó a pensar Ulises, quien poco a poco se retiraba el cuchillo del pecho, mientras el calor del mediodía le daba de lleno en el rostro por culpa del reflejo en el azulejo, azulejo que intentaba cubrir los resto de su familia, a quien él ya había ajusticiado.

FRICCO

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