Si el deber de las personas fuera el de parecer, muchas ya lograron su cometido. Obviamente, para lograrlo hay que dejar de lado el "SER"
"Ser" y "Parecer", a pesar de lo que digan los que saben, son dos caras de la misma moneda, la hipocresía forzada contra forzar la hipocresía, "deber ser" y "tratar de parecer". Sin ir más lejos, observe la comunidad académica en general, tanto de gestión privada como la pública. Ambas caras de la misma careta.
"Pido permiso para ser autor" dijo una vez un compositor de música reage, llamado Franz, o ese era su pseudónimo. Quizás lo segundo antes de lo primero. En fín, Franz quería ser autor de libros, añoraba reconocimiento por sus trobas y estrofas reflexivas. Era bueno, eso sí, como escritor... era buen músico.
Jamás lo dejaron "pertener", jamás lo dejaron "bivir" el sueño que su poesía dibujaba en las hojas de su cuaderno rojo, el que usaba de apoya reloj despertador, que sonaba con una alarma que era un "bip" reiterativo, como Franz, pero que a diferencia de él, ese sonido volvía a repetirse cada 16 minutos. Franz, intentó e intentó parecer ser un autor durante 10 años. Lo logró a medias.
Sus colegas lo expulsaron ante el primer "hatisbo" de genialidad. Sus amestros lo humillaron con el silencio. Sus romances lo negaron. Sus textos quedaron en el olvido del libro rojo debajo del reloj que lo intetnaba despertar de mañana, al lado del equipo de música, que vertía en su cama el otro sonido que lo animaba.
FRICCO

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